Paseando y dibujando recuerdos
Todo comienza sin esperar nada
Los Paisajes en Ruta de Kalatea surgen según mi mente comienza a viajar, dando color y forma a cada espacio que parece diferente, o lo que observo al pasar por cualquier lugar, y que me gustaría guardar para decorar mi memoria.
Comienzo a mostrar mis neuronas en 1993 a modo de un tac cerebral hecho en imágenes que pocos entienden. Mezclando lo que tengo más a mano, lápices, folios en blanco, ideas, objetivos, cámaras y . . . cenizas mentales.
Creo que las bases que sostienen mis tendencias creativas y obra en general, anidan en mis reclamos de atención por el impresionismo de Paul Cézanne, Claude Monet o Vicent Van Goth, el expresionismo de Edvard Munch, o el surrealismo de Salvador Dalí, con su indiscreta, pero para mí, hiperrealista extravagancia, que entendía y compartía según la miraba.
Poco a poco crece “la idea” que me inspira y me sigue.
Decorar mi mente a mi manera, guardando instantes que suceden a diario y hacerlos “retratos de la vida”.
El concepto de retrato al paso y mis paisajes
Siempre he pensado que un paisaje está compuesto por algo más que lindos colores, que rellenan formas determinadas y combinan entre sí; decorando bonitos recuerdos.
Las perspectivas pueden ser diferentes, no existen los ángulos muertos, las esquinas no sobran, o quizás simplemente todo lo contrario.
El estilo, la técnica o la supuesta calidad, me importan menos que el resultado final, que vislumbra un ensayado instante recordado de algo que he visto y quiero enseñar. Mostrando o demostrando a otros, que las cosas se pueden ver de forma diferente.
Entiendo el paisaje como retratos de instantes de la vida. Momentos irrepetibles, que me muestran un entorno o determinado lugar que quiere decirme algo.
En ocasiones recuerdo esa frase que oí de pequeño y no terminaba de entender “una imagen vale más que mil palabras”, aun ahora, no estoy totalmente de acuerdo, pero tiene su razón.
Parecerá raro, pero para conseguir que mis paisajes se conviertan en retratos que nos digan algo, les pido que me cuenten lo que saben y que posen para mí, formando un retrato de la vida y del mismo instante en el que ocurrió; y mostrando aquello que sólo ellos tienen.
Siempre me dicen que veo las cosas de otra forma, yo creo sentirlas . . . de forma diferente.